"Prisión para Puigdemont", "Trapero dimisión", "España es una", "Yo soy español, español, español, español...", estas son algunas de las frases coreadas por miles de españoles llegados a Barcelona desde diferentes puntos del país para manifestarse en contra de independencia de Catalunya -930 mil asistentes según los organizadores, 350 mil según la Guardia Urbana de Barcelona-. Mario Vargas Llosa, al lado del líder de PP catalán y de los líderes de Ciutadans, ocupa la cabecera de la manifestación, al final de la misma está previsto que el nobel lea el manifiesto que dará por finalizada de la marcha.
Mario Vargas Llosa, marqués de la corona española desde 2011, debido a su "extraordinaria contribución a la Literatura y a la Lengua española", vivió en Barcelona entre el verano de 1970 y mediados de 1974. El escritor se ha manifestado en repetidas oportunidades en contra del movimiento independentista, afirma que sólo promueve el “retroceso de Catalunya a un provincianismo sin pies ni cabeza", hace unos días también manifestó "el referéndum de Catalunya es un disparate absurdo". Pero al nobel no sólo critica las aspiraciones políticas catalanas, el idioma de esta comunidad tampoco no le agrada, el 2015, con ocasión de ser investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca debido a su "larga trayectoria literaria", tachó -ante la prensa- de "mezquina y provinciana" la política en Catalunya que "hace retroceder el español para que prospere el catalán".
La manifestación ha sido convocada por Societat Civil Catalana, organización que en su página web manifiesta como su primer objetivo el de "promover, difundir y fomentar la cohesión y la convivencia entre los ciudadanos en Cataluña y de estos con el resto de los españoles". A nivel de partidos políticos participan el PP y Ciutadans; PSOE no lo hace oficialmente, sin embargo, han pedido a sus correligionarios que asistan.
Los asistentes también corean "donde está la alcaldesa", requieren la presencia de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, quien no se ha sumado en esta manifestación pero, sin embargo, sí que ha participado en anteriores manifestaciones, como el día del Paro General realizado en Catalunya el pasado 3 de octubre.
Pliego de ruegos y pedidos
Antes de iniciarse la manifestación, el presidente del Grupo Popular en el Parlament de Catalunya, Xavier García Albiol, le ha exigido al presidente catalán, Carles Puigdemont, que "renuncie públicamente a su proyecto rupturista, nunca en la historia las intenciones separatistas han traído nada bueno para Catalunya". En la misma línea ha declarado Albert Rivera, líder de Ciutadans, pero él ha agregado que son necesarias unas elecciones autonómicas para encontrar "un nuevo presidente que gobierne para todos en Catalunya".
"España no se rompe"
Los congregados en Barcelona han llegado en 180 autobuses, en varios AVE (tren de alta velocidad) y hasta por sus propios medios. Este sábado los manifestantes, organizados a través de las redes sociales, se preguntaban entre ellos que debían de decir a la prensa cuando les preguntasen de dónde venían: "¿decimos nuestras ciudades para que sepan que apoyamos la unión de España desde fuera de Catalunya o decimos nombres de pueblos catalanes?" En la cita también participan catalanes que igualmente se han trasladado en autobuses desde diferentes puntos de Catalunya.
El lema de la cita es "Prou! recuperem el seny" (Basta! recuperemos la corrección, la mesura") y en ella también participan organizaciones de la ultraderecha española, entre ellas la Falange, que a lo largo de su historia no ha dado muchas muestras de "corrección, ni de mesura". La Falange es un partido de ideología fascista español fundado en 1933 por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador Miguel Primo de Rivera.
La Falange fue pieza clave para el inicio de la guerra civil española, que nació apoyada por las fuerzas reaccionarias y los partidos de derecha que utilizaron a la Falange como fuerza de choque. Los constantes enfrentamientos de este grupo político con la izquierda, así como sus actos violentos y asesinatos fueron el caldo de cultivo para el clima de inseguridad que favoreció el clima de crispación y violencia que llevó a enfrentarse a España en una sangrienta guerra fratricida de la que aún no se curan todas las heridas.
Antes de unirse a la manifestación, los integrantes de La Falange se han dirigido al edificio institucional que ocupan los Guardias Civiles (GC) afincados en Barcelona, allí han coreado consignas como "no están solos", "buen trabajo", y otras en apoyo a la actuación de los efectivos españoles en Catalunya. Ante las muestras de apoyo, algunos de los policías han salido a la calle a hacerse fotos con los manifestantes de la ultraderecha.
Uno de los "trabajos" de los efectivos de la GC fue el de la represión ejercida el 1 de octubre, en contra de los votantes del referéndum catalán que dejó 893 heridos, entre ellos, una persona en riesgo de perder la visión debido al impacto de una pelota de goma y un hombre mayor víctima de un paro cardíaco.
Acoso a la prensa
En esta manifestación el trabajo de la gente de prensa se complica por momentos, pues en cuanto conectan en directo, los concurrentes se agolpan alrededor de los reporteros coreando sus consignas e incluso han llegado a tapar los objetivos de las cámaras con la bandera española, sobre todo cuando escuchan un idioma diferente del español. Los integrantes de la televisión catalana han tenido que sacar los distintivos de sus micrófonos para evitar ser víctimas de actos violentos. Hace un par de días, una reportera de TV3, la televisión nacional catalana, fue escupida en Madrid mientras realizaba un despacho en vivo.
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