«Sube al carro o te meto plomo». Esta fue la frase que un hombre le dirigió a una joven a la que intentó secuestrar este viernes 16 de noviembre a unos metros de la esquina de las avenidas Salaverry con Pershing, en el límite de los distritos de San Isidro y Jesús María. Eran alrededor de las 2 de la mañana, ella iba al encuentro de unos amigos cuando tres desconocidos a bordo de un auto se detuvieron a su lado, uno bajo y por la fuerza intentó introducirla en el vehículo.

MLJ, la joven agraviada, habló con teleoLeo.com

Veinticuatro horas después de entrevistarla volvimos a hablar y me dijo que no había podido dormir, que seguía muy asustada, que había tenido que salir de su casa por un asunto personal e ineludible y se había quebrado. «No paraba de llorar, no podía salir del lugar donde estaba, sólo lloraba, tenía pánico de ir a tomar un taxi, tuve que pedir ayuda para poder volver a casa. Nunca he pasado tanto miedo». 

Tocamientos indebidos

En junio pasado, a la salida de una discoteca, MLJ fue manoseada por un ciudadano belga de nombre Bruno Schuermans, trabajador de la empresa Inca Trail de Southern Perú Explorer.

MLJ con la ayuda de los empleados de seguridad logró retener a Schuermans. Ella encaró a este hombre y él le preguntó cuánto dinero quería para quedarse tranquila y le dijo, además, que ni pierda tiempo en denunciarlo porque la justicia peruana no le haría nada.

Y al parecer, Schuermans podría tener razón. MLJ presentó la denuncia por presunto delito contra la libertad sexual, en la modalidad de tocamientos indebidos y el belga no pasó ni una noche en el calabozo. Mientras que por una puerta de la comisaría, de la Av. Alfonso Ugarte, ella era llevada a pasar el examen del médico legista, por la otra, salía Schuermans, con una citación para declarar el día 2 de julio ante la fiscalía. 

A riesgo de ser revictimizada MLJ también debía acudir a la fiscalía el mismo día y a la misma hora que su agresor, sin embargo, a ella, la citación le llegó el día 6 de julio, 4 días después de la fecha señalada, razón por la cual las investigaciones de su caso no han avanzado y eso la desanima y la lleva a desconfiar de la justicia, porque como pasa con muchas otras mujeres en el Perú, aunque desde la oficialidad se les dice que denuncien, en la práctica nada facilita la investigación, ni la sanción de la violencia machista.

S.O.S

En el siguiente video se puede ver el momento en el que uno de los amigos con los que MLJ estaba, encuentra a dos policías en un patrullero, a 3 cuadras de la discoteca, y les pide ayuda. Para que los policía acudan rápido el chico les dice que a su amiga le están pegando, sin embargo, los efectivos, impertérritos, le contestan que pedirán apoyo porque ellos no pueden moverse del lugar: «Yo no me puedo mover de aquí estoy cuidando esa casa de cambios » […] «Yo cumplo órdenes de arriba».

Y yo me pregunto, ¿desde cuando la Policía Nacional tiene el mandato de cuidar las casas de cambio? Sí, el Perú es un país en el que los robos están a la orden del día y una casa de cambios es un lugar atractivo para los cacos, pero: ¿la Policía Nacional está para cuidar negocios privados? Y los ciudadanos qué, ¿para las fuerzas de seguridad pagadas con el dinero de todos los peruanos, la integridad de un negocio privado está por encima de la integridad de una mujer?

Espero que MLJ obtenga, como todas las mujeres agredidas, la justicia que merece desde todos los ámbitos y sobre todo desde los estamentos policiales y de justicia. Su caso, como el de todas las víctimas, debería ser atendido con celeridad y efectividad. Hartas nos tienen los delincuentes, pero también los policías, fiscales y jueces que no hacen su trabajo como es debido y que no entienden que las mujeres en el Perú viven con el miedo en el cuerpo; y eso es absolutamente inmoral e injusto.


Este blog sobre intento de secuestro, tocamientos indebidos y violencia machista ha sido originalmente publicado en teleoLeo.com