El PP español se retrata de cuerpo entero. Luego de la censura de Mariano Rajoy como presidente del país, le llegó la hora de decir adiós a la presidencia del partido y hoy se ha producido aquello de "a rey muerto, rey puesto".

Hoy el PP elegía a su nuevo presidente y ninguna de las opciones era buena, para los que vemos las cosas desde fuera, era como elegir entre uña y mugre, pues una de las candidatas era la inefable vicepresidenta del gobierno de Rajoy y el otro Pablo Casado, quien ha sido portavoz del PP, y lo conocimos de cuerpo entero durante la crisis con Catalunya.

Ha ganado Casado, el mismo de los masters falsos, y el mismo que dijo que el president Carles Puigdemont tuviese cuidado en convocar el referéndum de autodeterminación porque podría acabar como Lluis Companys, expresident catalán fusilado durante el régimen de Francisco Franco.

Carlos Casado también es el que, una vez instalado el nuevo Parlament catalán, le dijo a su president, Roger Torrent —al más puro estilo de la mafia siciliana— que tuviese cuidado con lo que hacía y que de continuar con los afanes independentistas: —"que recuerde que tiene hijas".

Ninguno de los dos candidatos, ni la niña prepotente de Rajoy, ni el de los masters falsos, han hecho ni siquiera un pequeño mea culpa por los errores de su partido. Ninguno ha hablado de limpiar el PP que cuenta con más de 900 imputados en casos de corrupción y ha sido tildado de organización para delinquir por la Unidad de Delitos Antifraude.

Ninguno ha hablado de diálogo, de concordia; al contrario, ambos candidatos han seguido atizando el odio entre nacionalidades, ambos han jugado a lo que más le gusta a sus votantes: a decir que se van a cargar a los independentistas.

Casado ha sido más osado y ha dicho que de volver al gobierno acabarán con el paro, como si los españoles no supieran que a pesar de haber gobernado durante los últimos años, el paro continúa extendiéndose entre más de un 20% de la población española.

Pero la gente del PP está contenta, bueno no toda la gente, porque las bases votaron a "Zoraya, la del PP, la leal", así es como ella se ha denominado este sábado, en su último discurso; y es curioso, Mariano Rajoy despidiéndose del partido -este viernes- también decía —"soy Mariano Rajoy y los que me conocen saben que soy leal".

Y yo me pregunto, Rajoy y "su niña" a quién le proclaman tanta lealtad, porque, además, ellos mencionan esta palabra y a mi se me viene a la mente, aquel mensaje que le envió Rajoy a Luis Bárcenas -extesorero del PP condenado por corrupción, cuando fue detenido por la policía- en el que le decía: —"Luis sé fuerte", y Bárcenas le respondía —"estoy tranquilo, soy fuerte".

Bueno pues, el PP vuelve a tener líder, las bases puede que no estén tan contentas, ellos votaron a Soraya, sin embargo, los compromisarios, o sea los que "la llevan", han votado por Casado y hasta aquí ha llegado la voluntad del pueblo, todo muy democrático como es costumbre en el PP.

Lo mismo ocurrió con Pedro Sánchez hace algún tiempo, las bases lo eligieron como nuevo Secretario General y los totems del partido lo sacaron de carrera; sin embargo, Sánchez, hizo campaña, volvió, esperó su momento y ahora es presidente del gobierno.

Así que, Casado deberá cuidarse muy bien las espaldas porque nadie sabe para quién trabaja, y menos, cuando se forma parte de un partido político al que sólo lo mueve el odio a lo diferente, a lo que no puede dominar y la codicia, todos los casos de corrupción con los que cargan así lo demuestra.

Este blog también ha sido publicado en: teleoLeo.com