Este viernes murió una mujer en Perú. Tenía 22 años, y un acosador que no soportó su desdén le prendió fuego en un autobús. Según Carlos Javier Hualpa Vacas, el asesino de Eyvi, él sólo quería rociarle gasolina en la cara porque a pesar de las 'atenciones' que le prodigaba, ella no quería nada con él. ¿Y? Querer a alguien y no ser correspondido no da derecho a querer desfigurarla. 

Nada, absolutamente nada, justifica que te sigan, te persigan, te encuentren, te tiren gasolina y te prenda fuego.

Eyvi, la víctima, podría haber sido la peor mujer del mundo, puta o santa, no lo sé y no me interesa. No me importa lo que hacía, ni cómo se comportaba, ni cómo vestía, ni si calentó y dió esperanzas a su victimario. Nada de eso me importa, ni debe importarle a nadie. Lo único que debe importarnos es que no hay, ni nunca habrá una razón para haberla matado, ni para que nos maten.

La muerte de Eyvi se ha producido luego de largos días de dolor y de sufrimiento, no sólo por el daño físico. Eyvi también fue revictimizada por su asesino cuando dijo que la había agredido porque ella no le hacía caso a pesar de haberle hecho regalos, o sea, el feminicida se llena de razones y cree que aquello de "lo que boquita come, culito paga" es ley, y como Eyvi no pagó pues la quemó y la mató.

Otro de los daños sufridos por Eyvi, el último, ha sido postmortem cuando el presidente del Perú, Martín Vizcarra, quiso ser profundo y dijo que la muerte de la joven era producto de "los designios de la vida". O sea, según Vizcarra, uno de los riesgos de nacer mujer en Perú es que un hombre nos queme y nos mate.

Según RAE, designio significa: pensamiento, o propósito del entendimiento, aceptado por la voluntad. Entonces, según el presidente, la muerte de Eyvi es el cumplimiento de una voluntad: ¿la divina? 

Perú es un país eminentemente religioso y esto del o de los "designios" es un concepto vinculado a la religión, pues normalmente se utiliza en relación a cuestiones 'divinas'. Afirmar que un feminicidio está relacionado con "los designios de la vida", es como decir que la muerte de Eyvi ha sido voluntad de dios o de una fuerza superior. Y no, no fue dios, ni una fuerza superior, ni siquiera el azar, el que guió el odio, la mano y el machismo de Carlos Javier Hualpa Vacas para atentar contra Eyvi. 

Otra de las frases criticables del presidente es que la noticia de este feminicidio le generaba "sentimientos encontrados". Y uno se pregunta cuáles pueden ser los sentimientos encontrados del presidente, cuando lo único que se puede sentir por este y por cualquier otro crimen es indignación, dolor y una infinita rabia porque el machismo campa acabando con nosotras.

Leyendo hasta el final las declaraciones de Vizcarra descubó que sus "sentimientos encontrados". Cuando el presidente recibe la noticia, estaba inaugurando una obra de gobierno lo cual era motivo de alegría y de orgullo para él, y va esta chica y se muere en ese mismo momento. O sea, la queman, aguanta más de un mes hospitalizada y va y se muere 'inoportunamente' cuando el presidente quiere todo el protagonismo para la obra inaugurada, claro, eso genera “sentimientos encontrados”.

Y el presidente tenía razón, desde el momento en que supimos de la muerte de Eyvi, la noticia acaparó y acapara portadas de diarios, páginas de facebook, mensajes de twitter y reportajes de televisión, y de la obra inaugurada poco se habla. Y es así como tiene que ser. Ojalá no olvidemos a Eyvi. Pronto, viene el mundial, los peruanos han perdido la cordura con el tema y corremos el riesgo de dejar este feminicidio de lado por hablar sólo de pelotas y partidos amistosos. 

Así que mujeres, compañeras, hermanas, madres, abuelas, amigas, hijas, salgamos todas, protestemos tanto como podamos, hagamos caceroladas que metan bulla por toda la ciudad y el país. Vayamos al Congreso a exigir que los compradores de rosas, turrones, super computadoras y ipads y los de la oposición, hagan leyes para prevenir el feminicidio, proteger nuestros derechos y garantizar la igualdad entre mujeres y hombres.

Comámonos el pleito cuando veamos o sepamos de alguna situación de peligro en la que se encuentre alguna de nosotras. No permitamos que nos digan nada en las calles, ni que nos critiquen por cómo vestimos o por cómo vivimos. No bajemos la cabeza, enfrentemos a nuestros demonios, juntas somos fuertes. Yo desde mi posición me comprometo a seguir escribiendo las historias que me llegan sobre abusos, maltratos y violaciones, pero además les propongo una campaña.

Armémonos con pitos y en cuanto seamos víctimas de cualquier agresión machista toquemos tan fuerte como podamos y las que estén cerca respondan haciendo lo mismo. Si por el contrario es otra la víctima, acerquémonos a ella y preguntémosle si está bien, es muy probable que ante nuestra presencia el maltratador o abusador desista de continuar con 'lo suyo', de no ser así toquemos otra vez tan fuerte como nuestros pulmones nos lo permitan.  

Tomemos las riendas de nuestra defensa, y ojo que no hablo de ataque ni de violencia, hablo de defensa, de ser solidarias de luchar juntas visibilizando lo que nos ocurre, habló de dejarle claro al machismo que no estamos dispuestas a seguir siendo víctimas, hablo de dejarle claro a los abusadores que no nos dejaremos más porque aunque caminemos solas por alguna calle, en verdad somos legión y que juntas los enfrentaremos porque unidas somos poderosas.

Leer más: 

teleoLeo.lamula.pe

teleoLeo.wordpress.com