“La mutilación no sólo extirpa el sexo de la mujer, sino también una parte del cerebro convirtiéndola así en una mujer sumisa, porque cuando una niña es mutilada se están vulnerando sus derechos y eso la acompaña a lo largo de toda su vida.” (Presidenta de la Red Europea contra las Mutilaciones Sexuales)

Hace más de 5 años que escribo sobre la Mutilación Genital Femenina (MGF) y lamentablemente la incidencia de esta terrible práctica desciende a cuenta gotas y a mi sólo me queda actualizar cifras y agregar contenido a una historia más de infamia y demostración de poder sobre el cuerpo de la mujer.

“Yo estudié en un internado en Kenia hasta los 14 años, el día que volví a casa en mi comunidad celebraban una fiesta, la gente cantaba, bailaba, bebía y comía por las calles. Le pregunté a mi madre qué pasaba y me dijo: celebran que vas a convertirte en mujer.” 

Para Agnes, la vuelta a casa iniciada con ilusión acabó de forma brutal en menos de 24 horas. “Crecí odiando la mutilación. El dolor es inimaginable y no se cura al cicatrizar la herida”. A la niña que volvía del internado la bañaron al amanecer. Entre dos mujeres, la cogieron una por cada pierna mientras le aplastaban el vientre para inmovilizarla. Luego, sin anestesia, la matrona cogió su cuchilla y le cortó el clítoris y los labios menores. Le dijeron que la sangre que manó de su cuerpo era impura. 

Al acabar, a Agnes la limpiaron con su propia orina y la cosieron.

Mutilación Genital Femenina

La mutilación genital femenina (MGF) es el seccionamiento total o parcial de los genitales femeninos, el procedimiento comprende cortar el clítoris y coser los labios vaginales dejando un pequeño orificio para la orina. La 'intervención' que no tiene motivos médicos ni justificación ninguna, es reconocida internacionalmente como una manera de maltrato y como la violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas.

La MGF se practica: según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 30 países de África y Oriente Medio; según UNICEF y Amnistia Internacional (AI) en 29; y según Save de Children en 28.

Mujeres mutiladas en cifras:
OMS = 200 millones de niñas y mujeres
UNICEF= 200 millones de niñas y mujeres
AI= 140 millones de niñas y mujeres
Save de Children= entre 100 y 130 millones de niñas y mujeres

Según la OMS, cada año 3 millones de niñas corren el riesgo de ser mutiladas. UNICEF hace un análisis más global y dice que al día de hoy 30 millones de niñas corren el riesgo de sufrir esta terrible práctica.

Para la OMS la MGF "refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, además, constituye una forma extrema de discriminación de la mujer, una violación de los derechos del niño y de los derechos a la salud, la seguridad, la integridad física, el derecho a no ser sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte".

Según el último informe de Unicef "Female Genital Mutilation/Cutting: A Global Concern Concern" (La MGF: una preocupación mundial), publicado en febrero del 2016, la cifra de mujeres y niñas mutiladas asciende al menos a 200 millones. Este informe también revela que la mitad de niñas y mujeres mutiladas radican en tres países –Egipto, Etiopía e Indonesia– y según Unicef, "hay pruebas anecdóticas de que la mutilación genital femenina es un problema mundial de derechos humanos que afecta a las niñas y mujeres en todas las regiones del mundo".

Según el informe, en la actualidad 44 millones de niñas, de 14 años de edad y menos, han sufrido la mutilación de sus genitales. La mayoría fueron mutiladas antes de los 5 años. La mayor incidencia entre las niñas de esta edad se produce en Gambia, con un 56%; Mauritania 54%; e Indonesia, donde alrededor del 50% de niñas de menos de 11 años han sido sometidas a la MGF. Los países con mayor prevalencia entre niñas y mujeres de 15 a 49 años son Somalia, con un 98%; Guinea, con un 97% y Djibouti, con un 93%".

En 2013 UNICEF cifró entre 120 y 140 millones las niñas y mujeres víctimas de esta práctica. Según este organismo, el aumento se debe al incremento de la población en algunos países y a los datos recopilados por el gobierno de Indonesia. "A medida que se dispone de más información sobre el alcance de la MGF, aumenta la estimación del número total de niñas y mujeres mutiladas genitalmente".

¿Por qué las mujeres y no los hombres?

Razones culturales y religiosas son esgrimidas para la práctica de la MGF, sin embargo, desde sus orígenes sólo tuvo como objetivo controlar la sexualidad femenina, es decir, mantenernos vírgenes y de alejarnos tanto del deseo como del placer sexual. En algunas etnias la MGF representa la purificación, otras creen que las mujeres nacen endemoniadas y les cortan el clítoris para extirparles 'el mal'.

Creencias que mutilan 
Algunas comunidades afirman que si una criatura cuando nace toca el clítoris de la madre, morirá en el acto. Otras creen que las mujeres no mutiladas son sucias y se les prohíbe manipular el agua y los alimentos de la comunidad. En algunos países, la MGF se practica por motivos estéticos pues consideran que los genitales femeninos son demasiado voluminosos y carentes de belleza.

Según la OMS, la MGF también "está asociada a ideales de femineidad y modestia así como a la noción de que las niñas están limpias y bellas después del seccionamiento de partes del cuerpo consideradas masculinas o sucias. Aunque no hay escritos religiosos que prescriban la práctica, quienes la llevan a cabo suelen creer que tiene un respaldo religioso". Demás está decir, que en los países donde la MGF se realiza, la mujer sólo tiene valor en tanto que cuidadora del hogar y reproductora.

“Quiero ver tus genitales”

Esta frase no es de una película triple X, es el requerimiento que muchas víctimas de MGF hacen a otras mujeres. Una mujer africana un día me la dijo y yo me quedé sorprendida. Cuando me explico porque me lo pedía no pude negarme. Cuando me enseño cómo estaba ella no pude evitar llorar. 

El viaje de muchas mujeres africanas en busca de un futuro en otros países, donde la publicidad les promete una vida feliz, les ha hecho saber que aunque comparten género con las nativas, son absolutamente diferentes. Ellas, por desgracia, nacieron en lugares donde las mujeres son sólo objetos y están expuestas a toda clase de abusos y atropellos.

¿Cómo y cuándo?

La MGF se practica desde los primeros días de vida hasta la adolescencia. Marca el paso ritual de una a otra etapa de la vida. A las recién nacidas se les practica como parte del bautismo; cuando se realiza en la adolescencia representa el paso de niña a mujer apta ya para casarse, esto es, entre los 13 y los 15 años de edad. En este caso las niñas son aisladas de su comunidad y les rapan el cabello -para que cuando vuelvan a casa, sus familiares y amigos sepan que son nuevas personas- luego son preparadas para la ceremonia especial: 'la mutilación'

Tipos de MGF

1.- Amputación parcial o total del clítoris, es la más leve de todas.

2.- Amputación parcial o total del clítoris y extirpación de los labios menores.

3.-La infibulación, es la MGF más radical, extirpa el clítoris, los labios menores y mayores y parte del útero. La obertura vaginal es cosida con fibras vegetales, alambre o hilo de pescar, dejando únicamente un orificio para que salga la sangre menstrual, pues la uretra también queda tapada por la costura.

4.- El cuarto tipo es bastante inusual, consiste en la punción, perforación o incisión del clítoris y/o de los labios vaginales, estiramiento del clítoris y/o de los labios, cauterización del clítoris y del tejido circundante o corte de la vagina e introducción de sustancias y de hierbas corrosivas para causar el sangrado con la finalidad de empequeñecer el canal vaginal.

INFOGRAFÍA: PLATAFORMADEINFANCIA.OR

CONSECUENCIAS

Las mujeres mutiladas sufren de constantes infecciones vaginales. Al tener obstruida la uretra, orinan por segunda intención, quedándoles siempre sedimentos que les ocasionan continuos problemas de hongos. Si estas infecciones prosperan y llegan al útero, son causa de infertilidad irremediable. Recientes estadísticas clínicas demuestran que la MGF causa otros daños irreparables, como el contagio del VIH-SIDA, o la hepatitis.

Según la OMS, la MGF también está asociada a una mayor probabilidad de problemas durante el parto y a la pérdida del bebé. Las mujeres mutiladas normalmente dan a luz vía cesárea, al haber tenido los genitales cerrados, tienen vaginas poco flexibles y sufren más episiotomías y hemorragias. La episiotomía es la incisión quirúrgica que amplía la abertura vaginal para facilitar el parto.

La tasa de mortalidad de neonatos hijos de mujeres mutiladas es mucho mayor, y el nivel de complicación y mortalidad aumenta según la extensión y la gravedad de la mutilación. En el continente africano la MGF ocasiona entre 10 y 20 muertes más —de bebés— por cada 1.000 partos.

Nigeria prohíbe la MGF

Producto de las campañas realizadas, el año 2016 Nigeria, país donde se estima que más de 20 millones de niñas han sido mutiladas, prohibió esta práctica. Después de más de 12 años de debate, la promulgación de la "Ley de Prohibición de Violencia contra las Personas" sienta precedente pues Nigeria con más de 189 millones de habitantes es el país africano más poblado y vecinos como Somalia y Djibouti podrían 'contagiarse' y adoptar la iniciativa.

A partir de esta ley, "quienes practiquen o promuevan la mutilación, podrían enfrentar hasta cuatro años de prisión y una multa de mil dólares". Según PreciosMundi, en Nigeria el salario promedio es de 539,51 $, la multa costaría tan sólo dos sueldos, cifra en extremo exigua para el dolor que se causa y las consecuencias que acarrea una invasión tan lesiva al cuerpo de una mujer.

Lamentablemente la medida tomada en Nigeria podría no ser del todo efectiva. En otros países donde la MGF también está prohibida por ley, esta se sigue realizando de forma clandestina, pues creen que es la única manera de mantener la tradición, la dignidad y la higiene de sus mujeres. La MGF sólo dejará de existir, cuando quienes la practican estén convencidos de que es lo mejor para ellos y para eso, además, de crear leyes que protejan a las mujeres, se ha de informar, educar y sensibilizar.

Indignación

“Cuando supe cómo estaba, no pude entender por qué a mí. Cuando dejé mi país y comencé a compararme con otras mujeres, sentí rabia, indignación”. Esta es la voz de una mujer africana que vive en Catalunya, y que a pesar de ser activista en contra de la MGF, no quiere ser identificada. Se avergüenza de ser y de sentirse “una mujer incompleta”.

En las zonas donde se practica la MGF se aducen razones religiosas. La mayoría de países que la realizan son musulmanes, sin embargo, no se ha encontrado ningún texto del Corán en donde se hable de la mutilación; lo que sí se ha hallado son momias egipcias del siglo II a.c. mutiladas, lo cual hace dudar del origen religioso de la práctica dado el escenario politeísta de esta cultura.

Mutilar para controlar

Según nuestra activista, se mutila por razones más terrenales: “nos mutilan por pura ignorancia y machismo. Según los mayores, esta práctica se comenzó a realizar cuando los hombres se iban a la guerra y hacían cortar el clítoris de sus esposas y cerrarles la vagina para evitar infidelidades.”

Actualmente, la MGF es realizada -normalmente- por mujeres de la comunidad ellas cortan el clítoris y cosen la vagina de niñas y adolescentes para garantizar su virginidad hasta que sean dadas en matrimonio. En la noche de bodas -otra de estas mujeres- o el propio marido, abrirá a la mujer con un cuchillo y será penetrada en el acto para evitar que el orificio se vuelva a cerrar. En todo este proceso la anestesia y la asepsia brillan por su ausencia.

No sólo mutila África

Para UNICEF, “la mutilación genital femenina (MGF) es una forma de violación de los derechos humanos” y está dirigida a controlar o mitigar la sexualidad femenina, como rito de iniciación de las niñas a la edad adulta o como forma de lograr la integración y el mantenimiento de la cohesión social.

UNICEF afirma que la MGF no sólo se realiza en países del continente africano, si no también en varios de Asia —como la India, Indonesia, Iraq e Israel— y entre algunos inmigrantes de estos países en Europa, América del Norte y Australia. En menor medida, también en Latinoamérica, entre algunas tribus amazónicas de Colombia y el Perú.

Sin embargo, según el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), en América Latina el único lugar donde la práctica de la MGF ha sido detectada es en la comunidad Emberá Chamí, uno de los 102 pueblos indígenas reconocidos por Colombia. La BBC, a través de un artículo, revela que esta práctica también se estaría realizando entre los Nasa, pueblo indígena que habita el departamento del Cauca en la zona andina del suroccidente de Colombia.

Según un artículo del UNFPA, recientemente se han reportado dos casos de niñas emberá en el departamento de Valle del Cauca que presentaban infecciones generadas por mutilación. "En América Latina hay cierta evidencia anecdótica de la práctica en grupos indígenas desde Brasil y Ecuador hasta México -e incluso algunos afro-, aunque se cree que en la mayoría ha sido erradicada o ha desaparecido".

En el 2007, dos niñas de la tribu de los emberá chamí murieron al ser mutiladas, la falta de asepsia fue la causa. En ese momento, organismos del Estado y entidades internacionales comenzaron a trabajar para enfrentar el problema, incluso se pensó en quitar la custodia de sus hijas a las familias que las hubiesen mutilado, pero eso podría haber cerrado en sí misma a la comunidad y la práctica se hubiese seguido realizando con sigilo y en silencio.

En 2010 y con la firma de un compromiso por parte de los emberá chamí, la asesora de género y derechos del UNFPA, Esmeralda Ruiz, declaró que “luego de años de trabajo, los emberá chamí habían entendido que la mutilación violaba los derechos a la vida, la integridad y la salud de las mujeres y que dejarían de practicarla". Sin embargo, en febrero del 2016 el UNFPA reconoció que se sigue realizando entre los miembros de esa tribu.

Según Dana Barón Romero, consultora sobre Género, Derechos e Interculturalidad del UNFPA, en 2016, “un calculo hecho por los mismos emberás, en sus comunidades revela que la MGF aún se realiza a dos de cada cinco mujeres recién nacidas”. 

Hasta el 2010 cada año morían tres o cuatro niñas emberá debido a la MGF. Según Patricia Tobón Yagarí, abogada de este pueblo, "si bien no se dispone de cifras exactas, es una práctica extendida entre los aproximadamente 250.000 miembros de esta comunidad" [...], además, agrega que para erradicar la práctica, "el Gobierno y las instituciones deben involucrarse en acciones concretas para fortalecer las capacidades de las comunidades indígenas para seguir progresando".

Según el historiador Víctor Zuluaga Gómez hay 3 versiones sobre el origen de la práctica en Colombia, "por un lado está la idea de que se trata de una práctica ancestral, por el otro, que fue introducida por un grupo de monjas a principios del siglo XX y, finalmente, que fue algo que los indígenas adoptaron de esclavos negros musulmanes provenientes de Malí en torno al siglo XVIII".

Entre los emberá y los nasa también se practica la MGF porque creen que el clítoris puede crecer y convertirse en un pene, pero fundamentalmente -como en África- se cree que así se limita el deseo de la mujer y se evita la promiscuidad. "Por eso anteriormente cortaban esa cosita, porque así la mujer no tiene deseo, pero pura mentira, hasta cuando tiene eso cortado también busca otro marido", explica a la BBC, Irene Guasiruma, una anciana del resguardo Wasiruma, en Valle del Cauca.

En la legislación colombiana la muerte a consecuencia de la MGF está contemplada dentro de ley de feminicidio del 2015.

Mujer rota

Tiene 46 años de edad, se llama Aisa y es de Senegal. La mutiló su abuela a los 7 días de nacida, el día de su bautizo. Es la segunda de 8 hermanas, 4 de las cuales están mutiladas. Las más pequeñas se salvaron porque sus padres se informaron sobre el tema y se dieron cuenta de que eso no era bueno para sus hijas.

“Hace 20 años que la mutilación no se practica oficialmente en mi país. Hay solo dos clases de personas que la continúan realizando: las personas más ignorantes y las mujeres que siempre se han ganado la vida de esa manera y siguen asustando a las familias con el demonio para que continúen mutilando a sus hijas y no quedarse sin trabajo.”

Aisa no era consciente de que ella hubiera sido mutilada. “Un día fui a visitar a una amiga y en su casa hacían una fiesta. Yo no sabía por qué. Cuando le pregunté qué celebraban, me dijo que la habían mutilado. Sentí mucha pena y lloré por ella. Aún no sabía que yo estaba igual.”

Cuando llegó a la adolescencia, Aisa comenzó a descubrir que algo no iba bien: “Una compañera del colegio me dijo que le picaban los labios de la vagina, y yo pensaba qué labios, de qué habla. Y fue así como comencé a investigar por mi cuenta; busqué respuestas en los libros de Anatomía y me reconocí diferente”.

Los padres de Aisa nunca le explicaron lo que le habían hecho de pequeña. “Yo no he hablado nunca de esto con nadie de mi familia. El tema del sexo en África es tabú y más con la familia”. A los 14 años Aisa tuvo su primer periodo menstrual y comenzó a sufrir infecciones de orina. "Fui a la ginecóloga y ella confirmó mis sospechas. Saberlo fue muy duro y me di por vencida. No luché, no hice nada porque vi que las demás mujeres estaban igual y sobrevivían”.

Con 31 años de edad, Aisa abandonó Senegal en busca de nuevos horizontes. Llegó a Madrid y allí tuvo que ir al médico por otra de sus constantes infecciones de orina. Cuando la ginecóloga la vio, llamó a otra doctora: “Ambas se pusieron a cuchichear mientras me miraban los genitales y yo me sentía como un monstruo”.

Cuando comenzó a tener una vida sexual activa, Aisa sentía vergüenza: “Lo hacía a oscuras. No quería que me vieran. Y como me habían mutilado de muy pequeña, era casi imperceptible. A veces disfrutaba y a veces fingía, pero sobre todo quería que me percibieran como una mujer normal”.

Según Aisa, los hombres tienen relaciones sexuales placenteras con una mujer mutilada, “las encuentran más cerradas, pero muchas de las mujeres son absolutamente insensibles y cada vez que tenemos sexo sufrimos dolor, así que a la larga ellos se van con una que no está mutilada, porque llegan a aburrirse de alguien que no siente ni expresa nada”.

Hace 8 años Aisa se trasladó a vivir a Barcelona y tuvo otra infección de orina. En la consulta del ginecólogo se desmontó, explicó su necesidad de ser ‘normal’, de sentirse ‘completa’, y dijo que estaba a punto de viajar a Francia para ver si la podían operar para hacerle una reconstrucción vaginal.

El ginecólogo le informó que, en Barcelona, un médico de la clínica universitaria Dexeus realizaba reconstrucciones de clítoris. “Me dieron el número de teléfono de la primera mujer que se había sometido a la intervención. Ella me explicó que sus genitales habían quedado como si no hubiera pasado por la mutilación, y que funcionalmente sentía como una mujer ‘normal’.”

Después de un mes Aisa fue operada y, según sus propias palabras, ahora es una mujer feliz. “He recuperado toda la sensibilidad. Disfruto plenamente del sexo, soy una persona normal, completa. Ahora me siento absolutamente segura como mujer.” Sin embargo, hay mujeres que luego de la operación manifiestan que aunque sus genitales han recuperado su apariencia, ellas están igual que antes.

Hay mujeres que a pesar de la reconstrucción de sus genitales, no recuperan la sensibilidad y son incapaces de sentir placer. "A esas mujeres no solo les cerraron la vagina; les han cortado las alas, les han mutilado las ilusiones, les han cerrado la libido”, dice Aisa.

La ONU contraataca

Desde Naciones Unidas se ponen severos y en el caso de la MGF apuestan por una regulación específica, consideran insuficiente tipificarla sólo un delito de lesiones. "Es necesario que se tipifique el supuesto específico de Mutilación Genital Femenina", por ello da una serie de pautas innovadoras, entre ellas: la necesidad de adoptar planes y estrategias nacionales, así como el establecimiento de preámbulos legislativos con una postura contraria a la violencia contra la mujer.

También propone definiciones claras y precisas sobre la MGF y la tipificación de delito del acto así como la colaboración en el mismo, es decir, "serían responsables penales, quienes lleven a una niña o mujer hasta la persona que le practique la MGF y quienes soliciten la MGF, ayuden, asesoren o busquen apoyo; o quienes ordenen o inciten a otras personas a someter a una mujer o niña a la MGF. Y quienes no denuncien el riesgo o el acto de MGF".

Así mismo, la ONU considera importante que "se incluya explícitamente a los progenitores y los miembros de la familia de la víctima entre las personas sujetas a responsabilidad penal" [...] "Además, la legislación debería establecer que ninguna forma de atenuante estará permitida como circunstancia eximente de la MGF, debiendo prohibirse expresamente la excusa de cultura, honor o religión. Tampoco el consentimiento constituirá una circunstancia eximente".

La ONU también contempla castigar la MGF extraterritorialmente, prohibiendo el traslado de niñas de un país donde la práctica es ilegal, a un país donde esté permitida. "En caso de que las personas que cometan MGF o inciten, ayuden o aconsejen a otra para que cometa MGF fuera de las fronteras de su país serán perseguidas, enjuiciadas y castigadas"[...] "no debería ser necesario que la MGF sea delito en el país donde se cometió para enjuiciar a una persona por conductas relacionadas con este hecho". 

A fin de salvaguardar los derechos de las víctimas, la ONU propone que debe "reconocerse el acceso gratuito a los servicios sanitarios y atención a largo plazo, incluidas reparaciones médicas gratuitas. Acceso a servicios jurídicos y servicios psicológicos y de formación profesional gratuitos, así como órdenes de protección para las víctimas reales o potenciales e indemnizaciones, y la posibilidad de presentar demandas civiles contra los perpetradores y los responsables gubernamentales, o no, que no hayan ejercido la diligencia debida para prevenir, investigar o castigar la MGF".

Desde el 2015, el Departamento de Salud catalán ofrece la reconstrucción del clítoris a través de la sanidad pública. Según el Mapa de la MGF elaborado por el Departamento de Antropología Social y Cultural de la Universitat Autónoma de Barcelona y la ONG Wassu Gambia Kafo, "57.000 mujeres mutiladas viven en España y el número de niñas residentes en riesgo de sufrir esta práctica ha aumentado más de un 60% desde 2008".

Además debe permitirse que las supervivientes/denunciantes presenten demandas civiles basadas en leyes contra la discriminación y disposiciones de derechos humanos. También es necesaria una declaración clara de las funciones y responsabilidades de los actores gubernamentales y comunitarios y de las políticas coordinadas más generales que incluya una respuesta comunitaria coordinada: educación pública y capacitación. 

En Europa, en los siglos XVIII y XIX, se practicó la cliterodectomía, o lo que es lo mismo, la extirpación del clítoris, el objetivo era 'curar' la histeria y la epilepsia en las mujeres. Desde el principio de los tiempos, el dominio sobre las féminas se ha ejercido de diferentes maneras, unas han sido más brutales que otras. Lo que nadie sabe a ciencia cierta es, desde cuándo mutilar a las mujeres se convirtió en una costumbre normalizada por algunas sociedades.