"Certifico que el único candidato propuesto para la presidencia de la Generalitat de Catalunya es el señor Carles Puigdemont y Casamajor, así entonces lo propongo a la cámara como candidato". Ya es oficial. Poco antes del mediodía, el president del Parlament, Roger Torrent, presentaba la candidatura de Puigdemont como candidato a la presidencia de Catalunya. Ahora queda esperar el pleno de investidura y la votación de los diputados. 

Sin embargo y como ya sabemos la cosa no será fácil. Y ahora me saltarán a la yugular y saldrán los detractores, los defensores de la unidad de España, aquellos que dicen que Puigdemont es un fresco, que está llevando a Catalunya por el camino de a amargura, los que afirman que los catalanes independentistas están mal de la cabeza y que España no se rompe porque NO. Pero sólo una detalle, si Puigdemont es el candidato a la presidencia es porque el pueblo catalán en su mayoría ha votado por eso y el pueblo es soberano, ¿o no?

Pero dejando el escenario de la pataleta irracional y volviendo al político, la cosa está complicada, el mismo president del Parlament en su discurso de presentación de la candidatura de Puigdemont ha manifestado que es consciente de la situación personal judicial y de la amenaza judicial que pesa sobre el candidato, "pero de igual manera también soy consciente de su absoluta legitimidad para ser candidato".

Y como dice -sin faltar a la verdad- la posibilidad de afrontar esta investidura es una cuestión política. "Es por eso que he propuesto en una carta dirigida al presidente del gobierno español, al señor Mariano Rajoy, sentarme con él para dialogar sobre la situación anómala que vive el parlament, pues 8 de sus diputados tienen vulnerados sus derechos políticos de representación y en consecuencia los de la ciudadanía que representan".

Sin embargo, puede que esta solicitud de diálogo tampoco sea atendida. Los días posteriores al referéndum catalán, Puigdemont pidió hablar con Rajoy en diferentes oportunidades, la negativa siempre fue la respuesta. Luego de las elecciones convocadas por Rajoy el 21 de diciembre (21-D), en las que el bloque independentista ganó en número de diputados, Rajoy volvió a manifestar que no tenía nada que hablar con Puigdemont, "con la única que tendría que hablar es con Inés Arrimadas que ha sido la ganadora".

Inés Arrimadas fue la candidata de Ciutadans, partido más a la derecha de la derecha española. En las elecciones del 21-D, Ciutadans obtuvo 200 mil votos más que Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont, pero junto con los otros dos partidos unionistas -el Partido Popular de Catalunya (PP) y el Partido Socialista de Catalunya (PSC)- sólo obtuvieron 57 diputados. El bloque independentista suma 70. Tanta es su debilidad, que aún habiendo obtenido más diputados de manera individual (36), Ciutadans no ha presentado a Arrimadas ante el Parlament como su candidata a la presidencia. O sea, Arrimadas sólo es candidata e interlocutora válida para M.Rajoy. 

Pero el president del Parlament lo intenta, él dice que en protección de los 135 diputados y diputadas que representa, hablará con quien tenga que hablar, por eso "he iniciado los trámites para visitar a los diputados y el conseller que se encuentran en prisión preventiva, también con los diputados que están fuera del país, y con el president Puigdemont, porque mi deber es hablar con todos los diputados y diputadas de esta cámara". 

Pero además, Torrent ha sido contundente en afirmar que su deber es proteger los derechos de participación política de todos los diputados y diputadas de la cámara catalana, "porque la limitación del ejercicio de este derecho supondría la limitación del ejercicio de soberanía de nuestro pueblo, por eso ejerceré mis responsabilidades siendo consciente de esto y de que mi obligación es defender esta institucion de injerencia y escenarios de paralización".

Estas ultimas afirmaciones están referidas a la voluntad del gobierno estatal de no permitir ni la votación ni la investidura de Carles Puigdemont. Mariano Rajoy ha dicho que no se puede permitir que vote desde fuera del país, ni él ni ninguno de los que se diputados que se encuentran en Bruselas "porque el voto delegado -que un diputado reciba el encargo de votar por otro que se encuentra ausente en la cámara- se contempla sólo en caso de baja maternal o paternal y de imposibilidad grave". 

M.Rajoy y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría han declarado que en cuanto Carles Puigdemont fuese investido el artículo 155 que ya desactivó el gobierno de la Generalitat desde la declaración de independencia del 27 de octubre, volvería a ser aplicado y así ad infinitum. ¿Hasta que los catalanes aprendan a votar?