Mariano Rajoy, vuelve a ser presidente de España por la voluntad general de su partido -el Partido Popular (PP)-, el apoyo de Ciudadanos -hijo putativo del PP- y la abstención del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que de socialista ha perdido la chaqueta y de obrero no le queda ni la ropa interior.  

Para que el resultado de hoy haya sido posible, el PSOE se ha quedado sin cabeza y desde hace unas semanas viene siendo regido por un junta gestora que desoyendo la voz de sus militantes y haciendo a un lado a su candidato, Pedro Sánchez, decidió abstenerse para permitir la renovación de Rajoy y -según dicen- evitar unas terceras elecciones.

Sin embargo, toda la izquierda española pone esta afirmación en tela de juicio, pues unidos habrían alcanzado la mayoría parlamentaria que le hubiese permitido a Sánchez gobernar y enviar a casa a Rajoy y a sus adláteres, acusados de ser cómplices o, por los menos, de haber permitido la corrupción en la que España se ahoga desde hace unos años.

Pero eso no iba a pasar ni en el mejor de los cuentos de hadas y esto viene dado por 'la cosa catalana', que más que cosa se convirtió en piedra, pues mientras el PSOE intentaba aunar voluntades, Podemos al lado de la izquierda española, pero sobre todo, los integrantes de la izquierda catalana, condicionaban su apoyo a la realización de un referéndum sobre la independencia de Catalunya.

Dos votaciones públicas en el parlamento y Rajoy sólo ha conseguido 170 de votos de los 350 que estaban en juego, lo cual quiere decir que a partir de ahora tendrá que gobernar en minoría, pues 111 diputados han votado en su contra y 68 se han abstenido. Sólo ha faltado un voto, el de Pedro Sánchez, que renunció antes de la votación a su cargo de diputado.

En el parlamento español este sábado se han escuchado frases de todos los tonos y calibres, quizá las más fuertes hayan sido las del portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Gabriel Rufián, quien ha llamado traidores a los parlamentarios del PSOE y los ha bautizado como “señores del PSOE Izcariote”, pues desoyendo la voz de su militancia han facilitado la presidencia de Mariano Rajoy.

Millones de euros bajo la mesa, cuentas en paraísos fiscales, sobres con sobre sueldos, puertas giratorias, más de 4 millones de desempleados, más del 28% de españoles en riesgo de exclusión social -que subsisten gracias a la caridad de la Cruz Roja o Caritas- de los cuales más del 34% son niños, miles de familias desahuciadas de sus hogares por no poder pagar ni alquiler ni hipoteca. Estas y no otras son las cifras del gobierno de Rajoy.

Y es por todas las historias detrás de estos números, que cientos de españoles rodearon el Congreso mientras dentro se tejía la trama que permitía la sonrisa final de Rajoy. La famosa Puerta del Sol, aquella del minúsculo reloj en la que cada año la población madrileña recibe el año nuevo con gran fiesta, también se abarrotaba de ciudadanos protestando por lo mismo: un nuevo gobierno de una de las derechas más reaccionarias de Europa.

En su último discurso antes de la votación, Rajoy ha dicho que continuará con las reformas económicas que según afirma han permitido el crecimiento de la economía española, sin embargo, hace unos días la UE ya le jaló las orejas y le dijo que España no está cumpliendo con los número y deberá de reducir su déficit del 4,6% del presente año al 3,1% para el 2017.

Así que a partir de ahora, Mariano deberá planificar el gasto del país, con 15 mil millones de euros menos. Según las estimaciones del gobierno, eso -como dice mi hija de cosas que le resultan fáciles de hacer- “esta chupado”. Los que se encargan de la macroeconomía manifiestan que 10 mil millones caerán por el crecimiento económico y los otros 5 mil provendrán de los recortes que se seguirán haciendo.

O sea que menos educación, menos salud, más asalto a los ahorros de los jubilados, que sólo tienen garantizado el cobro de sus pensiones hasta finales de 2017, menos proyectos sociales y más pobreza. Más dolor y más desempleo. Más gente en las calles mendigando, más jóvenes con títulos universitarios y doctorados trabajando de camareros o emigrando en busca de un futuro mejor.

La composición del presente parlamento es un reflejo de la polarización de la política española. La aparición de Podemos a la izquierda y de Ciudadanos a la derecha del espacio político han matado el bipartidismo de manera formal, sin embargo, aquí se ha cumplido la máxima aquella de “dios los cría y ellos se juntan”, porque al final los dos grandes de siempre se han unido y han triunfado.

El PSOE queriendo salvar la dignidad ha dicho que su abstención para permitir que Rajoy asuma el cargo no es un voto en blanco, ni es un apoyo total para la presente legislatura, de ser eso cierto, Rajoy podría haberse montado en la bicicleta sólo para probar el asiento. La primera prueba de fuego será la aprobación de los presupuestos del Estado, que luego de más de 300 días sin gobierno no pueden esperar más.

Rajoy también ha dicho nanai al referéndum catalán, aunque hace dos días dijo que estaba dispuesto a dialogar con Catalunya sobre sus aspiraciones independentistas, hoy antes de la última votación manifestó que la “soberanía de España y la igualdad de los españoles no están en discusión”. Una vez sabiéndose ganador declaró a la prensa: “no voy a negociar la unidad de España, no puedo, ni debo hacerlo”.

Así las cosas, y de aumentar los roces y el disgusto con el proyecto de Rajoy, el presente gobierno podría ver su final en mayo del próximo año. Es a partir de esa fecha que Rajoy podría 'disolver las Cortes', es decir 'disolver' el parlamento, pero no al estilo de Fujimori, no, sino para convocar a nuevas elecciones en busca de una mayoría absoluta que hoy no tiene.

Por su parte, Pedro Sánchez se prepara para ese posible escenario, pues no sólo dejó la presidencia del PSOE cuando la cúpula de su partido decidió darle la espalda a su militancia y permitir el nombramiento de Rajoy, además ha renunciado a su cargo de diputado para no verse obligado a ser otro 'abstenido' y ha declarado que a partir de ahora recorrerá el país para escuchar a la militancia del PSOE a fin de postularse nuevamente a la presidencia del partido.

Los próximos meses serán complicados para la política española. No será fácil llegar a acuerdos, no será fácil gobernar, nadie estará contento, pero menos lo estarán aquellos -que si tienen suerte de tener trabajo- deben vivir con un sueldo de 700 euros, ni aquellos, como los catalanes que vienen siendo desoídos en sus aspiraciones y con los cuales el gobierno de Rajoy ni siquiera se ha sentado a la mesa para negociar y, si hacemos caso a sus declaraciones, no lo hará.

A continuación el duro discurso del diputado Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), quien -en su intervención ante el parlamento- vitupero en contra del PSOE por abstenerse en la votación de investidura de Mariano Rajoy y con ese acto permitir que el PP continúe en el gobierno.